Crea tu arte

Nos tenían engañados, nos dijeron que había que optimizar, mejorar, depurar, probar, seguir instrucciones, estudiar, pero nunca nos hablaron del arte.

Arte es enfrentarse a un folio en blanco y seguir adelante

Arte es dejar de seguir las instrucciones cuando van en contra de nuestros principios

Arte es ganar menos para disfrutar más

Arte es asumir las críticas de los que no comparten nuestra visión para seguir adelante, aunque perdamos algunos seguidores

Arte es ver el futuro cuando otros siguen anclados en el pasado

Arte es arriesgarte a la vergüenza, el arte y la vergüenza siempre van de la mano porque toda ruptura es criticada y provoca las risas de los mediocres y acomodados

El arte duele y cuesta, pero compensa

Inspirado por el nuevo y lúcido libro de Seth Godin he querido dejar constancia de la huella que han dejado en mí sus palabras. Es un libro arriesgado y no es para todo el mundo, pero si estás cansado de los mismo libros de empresa que pretenden enseñarte técnicas y estrategias que tú ya sabes, si buscas inspiración e ilusión para seguir innovando, El engaño de Ícaro es tu libro.

El arte es el gran olvidado en el mundo empresarial, parece que solo se habla de arte cuando se hace referencia a galerías, moda o diseño, pero el arte puede estar en todas partes. En cada sitio donde hay personas con coraje, dispuestas a confiar en su visión y a perseverar, hay arte. El arte se encuentra en personas como mi mentor Ángel María Herrera y su nuevo proyecto Samastah. Un proyecto ambicioso, arriesgado y rompedor, sin ningún seguro de éxito, pero eso a Ángel María le da igual, porque tiene arte, tiene visión, y tiene agallas para intentar convertir sus visiones en realidad a pesar del alto riesgo de fracaso que puedan tener. Porque el arte solo es arte cuando hay riesgo, lo otro son matemáticas o ingeniería. Para el arte no hace falta una formación especial, ni siquiera experiencia, «solo» hace falta valor, perseverancia y confianza, y probar, y probar, y jugártela, y escuchar a tus críticos y sonreír para volver a intentarlo porque lo único que realmente te llena es crear más arte.

Gracias a gente como Seth Godin o como Ángel María, emprendedores como yo nos levantamos a pesar de fracasar porque sabemos que el arte es el proceso, el camino, y no debe ir ligado al resultado, porque entonces deja de ser arte.