Diversos estudios sociológicos respaldan lo que voy a contar. El ser humano siente la necesidad de dar respuestas a todas las preguntas, aunque no las sepa responder, o sus respuestas no estén fundamentadas. Por eso, nuestra intuición ha inventado un sistema cómodo y rápido para responder a preguntas difíciles: dar respuestas fáciles.
Lo entenderéis cuando os diga que los políticos son expertos en este arte. ¿Cuántas veces habéis tenido la sensación de que los políticos no responden a las preguntas? Pero en realidad sí lo hacen, sería muy incómodo y probablemente daría impresión de desidia que un político, nuestro representante, no respondiese a preguntas sobre la marcha del país o las medidas que va a tomar su gobierno. En vez de no responder, lo que hacen es responder a preguntas complejas con respuestas fáciles. Pongamos un ejemplo.
Pregunta: ¿Cuáles van a ser las medidas concretas que va a tomar el gobierno para salir de la recesión?
Respuesta: Como ustedes saben, el gobierno está haciendo todo lo que está en su mano para que el España salga de la crisis, y tenemos claro que para salir de la crisis, es fundamental que los jóvenes tengan trabajo y que las empresas tengan liquidez para funcionar, y esos son nuestros objetivos principales.
Parece una buena respuesta, pero si se analiza, realmente no responde a la pregunta, quizás responda a otras preguntas, más sencillas y que el político ya tiene preparadas y ensayadas, pero no ha dado ninguna medida concreta que el gobierno vaya a tomar para salir de la recesión.
La repercusión que tiene este comportamiento, profundamente arraigado en el ser humano, puede ser catastrófico cuando lo llevan a cabo personajes con una gran responsabilidad.
A veces pienso que lo mejor sería decir simplemente: «No lo sé».
No lo sé es mi respuesta más utilizada… :p