En los últimos meses, desde que empecé a buscar inversión y a promocionar Unikuo, he tenido que presentar el proyecto 4 veces en público. Lo he hecho delante de un pequeño pero relevante aforo en la Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet (AIEI), ante cientos de personas en Internet es Tuyo y en el foro de inversores de Madrid+d y en condiciones algo adversas en el SIMO.
Antes de emprender, en mi anterior trabajo, también tenía que hablar en público, impartir cursos, llevar reuniones, etc. No soy un gran experto, cualquiera que me vea lo sabrá, pero os voy a contar lo que me ha servido a mí para enfrentarme a ese miedo que todo el mundo tiene (o casi).
Preparación, preparación y preparación
Dejar todo a la improvisación es una forma segura de que todo vaya mal. Hay quien piensa que hablar bien en público es cosa de grandes oradores dotados de un gen especial. Es posible que existan estos grandes oradores, pero la mayoría de las personas que hablamos en público no lo somos. Por lo tanto, no nos engañemos, hablar en público es una habilidad que se adquiere con la práctica y con la preparación cuidadosa. En esto no es distinto de aprender álgebra o preparar una oposición.
Por resumir, los aspectos a tener en cuenta en la preparación son:
- Conocer a tu público. En mi caso siempre he tenido bastante claro a quién iba dirigido mi mensaje. En el SIMO, no tenía claro qué clase de gente iría a verme, por lo que insistí a los organizadores para que me diesen un perfil aproximado de los asistentes. Una vez conoces el perfil, debes adaptar tu mensaje. La gente no ha ido a escucharte a ti, la gente ha ido a que le resuelvas un problema, a encontrar una oportunidad, en definitiva, tienen claro a qué han ido a la charla y tú debes tenerlo igual de claro.
- Tener claro el mensaje. La charla debe tener un mensaje principal alrededor del cual debe girar todo tu discurso. En el SIMO mi mensaje era: «Unikuo es una Web de venta de artículos de lujo. Somos emprendedores y buscamos gente que también lo sea y quiera colaborar con nosotros en la parte comercial o creando contenido relevante para nuestros clientes «.
- Conocer el contexto. Este es un detalle importante que mucha gente pasa por alto. En el SIMO, tenía a gente en los stands de alrededor dando sus propias charlas. Tanto era así que a veces no oía ni mi propia voz. Además, yo pensaba que tendría el portatil delante y finalmente no fue así, por lo que no pude apoyarme en las notas del Power Point. Moraleja: cuanto mejor conozcas el entorno, menos sorpresas te llevarás y más tranquilo estarás.
- Ensayar docenas de veces. En cada charla que he dado (nunca más allá de 10 minutos de duración), he dedicado varias horas de los días anteriores a practicar. Pongo en marcha la grabadora del iPhone, me pongo de pie y ensayo el discurso en voz alta como si estuviese delante de mi auditorio. A continuación, me escucho y la próxima vez intento corregir los fallos.
Sigue tu guión con naturalidad
Cuenta una historia
Muestra vulnerabilidad
Finaliza con una llamada a la acción
No duermas a la gente
- Cambia el tono. Recuerdo que en el TEDxMadrid hubo un ponente que casi consigue que me quedase literalmente dormido. Hacía pausas de 4 o 5 segundos entre frases, no levantó el tono de voz en media hora, parecía triste… Un tono de voz variable que demuestre entusiasmo, pasión e interés te da un 50% de probabilidades de éxito. Un tono apagado, monótono y aburrido te da un 99% de posibilidades de vaciar la sala.
- Utiliza ejemplos, anédoctas y metáforas. Si os fijáis en casi todos los buenos oradores, salpican sus conferencias de anécdotas y ejemplos. Estas pequeñas historias permiten entender mejor el mensaje y amenizan el discurso. Yo suelo contar como conocí a Maria Eugenia Girón después de leer su libro. Es un dato poco relevante, pero tengo la sensación de que la gente suele prestarle atención a mi pequeña historia.
- Sé breve. Esto es relativo. Mi amigo Byron Stanford me dio un curso de 5 horas seguidas de cómo presentar en público que se me pasó volando. El truco está en saber quién es tu público y hasta donde están interesados en que profundices. Por otro lado, intenta eliminar todo el contenido redundante o supérfluo de tu guión.
- Busca la participación del público. Esto no siempre es posible, pero si tienes la oportunidad, haz que la gente participe, que cuenten sus propias historias, que pregunten, que jueguen…
- Sorprende. Haz algo que la gente no esperaría que hicieses. Lo puedes utilizar al inicio para captar la atención o en un momento en el que veas que el auditorio se está aburriendo o distrayendo. Sugerencias: juegos, chistes, un invitado especial, subir a tu gato al escenario… 🙂
Las personas pueden olvidar los que les dijiste , pueden olvidar tús palabras , pero núncan olvidarán lo que les hiciste sentir …
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Muchas de estas técnicas y trucos son los que utilizaba cuando me ponía delante de un micrófono. De todo lo expuesto anteriormente, destacaría dos cosas:
– Cuanta menos improvisación se haga, mejor será el resultado.
– El estado de nervios en el que uno se encuentre está íntimamente relacionado con el nivel de preparación que se posea sobre el tema del que se va a hablar (o, en mi caso, de lo que me hubiera preparado la escaleta).
Me encantan tus artículos. Siempre me hacen reflexionar acerca de cómo veo yo las cosas y me doy cuenta de lo que aún me queda por aprender.
Un beso
PD: Gracias por incluir a Escribe cuando llegues en tu Blogroll 🙂
Gracias Patri, tú siempre tan generosa con tus comentarios. 🙂
Me gusta mucho ver como resumes en unas cuantas entradas un montón de sabiduría práctica acumulada por la experiencia.´¡ enhorabuena por seguir fiel a tu cita con el boli y gracias por compartirla con tus lectores!
Gracias Paco, como digo en mi último artículo, mi blog ha sido mi mejor inversión y una de las cosas con las que más me divierto, así que no me cuesta seguir fiel a mi cita con el boli 😉